5.4.15

Nothing Bad Can Happen

“En definitiva, que para describir el amor que enseñaba Jesús eros no servía para nada, y philia tampoco encajaba del todo. La lengua resiste, y también el corazón. Así que los primeros cristianos tuvieron no tanto que crear un neologismo (el sustantivo ágape ya aparecía en la traducción al griego de la Biblia hebraica, la Septuaginta), como hacerse con una palabra muy rara, casi inexistente en la lengua profana, para designar ese amor que profesaba Jesús, un amor más singular si cabe, pues pretendía ser universal. Es ese amor- el amor divino, o aquello que es divino en el amor- lo que los latinos traducirán por caritas (del adjetivo carus, “caro” y nosotros por caridad. Y esta última palabra se convierte, en francés en un doblete de nuestra carestía: ambas son derivaciones, una erudita y la otra popular, del caritas latino. La carestía es el coste, cuando es elevado: el gran valor (de mercado) de aquello que tiene un precio. La caridad, por el contrario, escapa a cualquier mercado, al igual que a cualquier mercadeo: otorga valor (moral) a aquello que no tiene precio”.


"Hay solo una forma en la que tú puedes ser salvado.
Tienes que superar tus miedos, y confiar en Dios.
Jesús, muéstrame el camino. Creo en ti, y no tengo miedo.
¿Qué puede un hombre hacerme a mí? "

No hay comentarios: